viernes, 2 de marzo de 2007

UNIDAD II: ESTRATEGIA TECNOLOGICA Y COMPETITIVIDAD DE LA EMPRESA

UNIDAD II
ESTRATEGIA TECNOLOGICA Y COMPETITIVIDAD DE LA EMPRESA


ESTRATÉGICA DE LA TECNOLOGÍCA Y COMPETITIVIDAD

En la actualidad a nadie escapa la importancia de la adecuada gestión de la tecnología y de las actividades de I+D+I para aquellas empresas que quieren ser competitivas y mantener su competitividad. Desde esta perspectiva, una cuestión vital para las empresas es la provisión de los recursos tecnológicos. Las acciones desarrolladas para su gestión las entendemos como un proceso estratégico y así, lo podemos denominar Dirección Estratégica de la Tecnología (Morcillo, 1997; Benavides, 1998).

Ésta supone la implantación en la empresa de los instrumentos de gestión necesarios para poder responder a la complejidad y la incertidumbre estructural en que se desenvuelve hoy día la empresa, dentro de un entorno cambiante, que le exige una integración de la tecnología en su estrategia, no ya sólo como arma competitiva, sino como mero instrumento de supervivencia.

Ello es así por diversas razones: en primer lugar, la gestión estratégica de la tecnología le permite a la empresa anticipar la evolución y desarrollo que la tecnología va a experimentar; en segundo lugar, hace que se considere a ésta como un activo empresarial, sobre el que se puede actuar, y no como una variable externa crítica; y, en tercer lugar, permite asegurar la congruencia entre las inversiones en tecnología y las estrategias de negocio y corporativa, optimizando así los recursos de la empresa.

En el próximo subepígrafe se detallan las fases y actividades del proceso de Dirección Estratégica de la Tecnología pasando, a continuación, a ocuparnos de un nuevo instrumento que aparece en las empresas con el fin de favorecer la gestión de sus actividades de I+D+I, nos referimos al denominado, por la reciente norma UNE 166002 EX (AENOR, 2002c): Sistema de Gestión de la I+D+I. Tras su caracterización se establecerá el papel que desempeña en la gestión estratégica de la tecnología.

3.1. Fases y etapas del proceso de dirección estratégica de la tecnología
En el desarrollo del proceso de Dirección Estratégica de la Tecnología podemos distinguir las siguientes fases:

1ª ANÁLISIS ESTRATÉGICO.

Supone la realización de tres actividades:

1.1. Análisis externo. Se centra en el estudio de la información derivada de diversos aspectos, como son: los sistemas de patentes, el examen de las nuevas tecnologías, la confección y estudio del ciclo de vida de las tecnologías, la valoración del estado del Sistema de Innovación, etc. Se pretende determinar el marco estratégico de la empresa evaluando el papel estratégico de las distintas tecnologías que configuran el sistema tecnológico vigente, considerando tanto los efectos de estas tecnologías sobre la estructura de la competencia, como sobre las propias actividades de la empresa. Juega un papel determinante en este análisis la utilización de la denominada vigilancia tecnológica. Consiste en la aplicación de un conjunto de técnicas para organizar de manera sistemática la recogida, análisis, difusión y explotación de la información tecnológica. Esta preocupación por la información da origen a la organización en la empresa de la función de alerta tecnológica (Morcillo, 1997:110; Escorsa y Maspons, 2001), así como a su participación en redes de alianza entre empresas, que presentan como nexo de unión el elemento tecnológico. Estas son redes de información, de intercambio de conocimientos tecnológicos. Esta función de alerta tecnológica se completa con acciones de previsión tecnológica y prospectiva.

1.2. Análisis interno. Tiene como fin la modelización del contenido tecnológico de todas las actividades de la cadena de valor de la empresa, y pretende detectar las fortalezas y debilidades de ésta frente a sus competidoras. Persigue indicar cómo, a cada actividad concreta de la cadena de valor, tanto a las primarias como a las de apoyo, se le puede asociar una tecnología determinada, que puede ser generadora de ventajas en costes o en diferenciación capaces de mejorar la posición competitiva de la empresa.

1.3. Diagnóstico y evaluación de la situación tecnológica. Consiste en la realización de un inventario de los recursos tecnológicos de la empresa, de su patrimonio tecnológico, así como la evaluación de su potencial, esto es, de su posible impacto competitivo. En esta subfase del análisis estratégico podemos incluir, junto con la vigilancia tecnológica, la ejecución de dos funciones preliminares o de apoyo, a saber (Morin, 1985; Morin y Seurat, 1998):

• 1.3.1. Inventario Tecnológico. Trata de analizar las tecnologías de la empresa, tanto aquellas que utiliza porque dispone de las mismas, como las que no, pero que podría llegar a aprovechar, bien mediante su desarrollo o través de su adquisición a otras empresas. En el inventario deben figurar: los procesos, estén patentados o no, las tecnologías dominadas y los instrumentos necesarios para su ejecución. Este inventario tiene como objetivo exponer la coherencia interna de las tecnologías, de los nexos que las unen y del propio sistema tecnológico de la empresa. El principal problema en su confección es el de la clasificación de las tecnologías; al respecto, es útil la taxonomía basada en el carácter interno-externo a la empresa de la tecnología, así como en su madurez y en el grado de diferenciación que le aporta. Las "herramientas" que facilitan la confección del inventario son: la matriz tecnologías/productos y el árbol de decisión para la clasificación de las tecnologías (véase Escorsa y Valls, 1997:52-54; Benavides, 1998:333).

• 1.3.2. Evaluación de las tecnologías. Su objetivo es el estudio y análisis de la competitividad que proporcionan ciertas tecnologías, así como la determinación de su potencial. Evaluar obliga a un debate sin competencias entre los distintos expertos y entre las diferentes funciones de la empresa, debate cuyo objetivo es llegar a conocer a fondo las tecnologías de la empresa. Como "herramientas" para llevar a cabo la evaluación de la tecnología podemos citar: la matriz de riesgo tecnológico de Arthur D. Little (1981), las matrices de posición tecnológica de la empresa/posición competitiva de la empresa, el árbol tecnológico dual, y la matriz de atractivo tecnológico/posición tecnológica de la empresa.

2ª DISEÑO DE ALTERNATIVAS ESTRATÉGICAS.

Sobre la base de los resultados del análisis estratégico, del diagnóstico tecnológico y de la evaluación del patrimonio tecnológico, en una segunda fase hay que considerar dos acciones básicas:

2.1 Elección de las tecnologías a desarrollar. La elección de las tecnologías sobre las que la empresa desarrollará sus actuaciones es una consecuencia directa de sus estrategias, de la medida en que las distintas tecnologías contribuyen al logro de los objetivos empresariales, punto de partida del proceso de dirección estratégica de la tecnología, aunque éstos, pueden y deben verse sometidos a una revisión tras el análisis estratégico.

2.2 Diseño de la cartera tecnológica. Su confección consta de cuatro actividades:

• 2.2.1. Inversión en tecnología propia. Persigue la obtención del mayor partido posible de los recursos tecnológicos y potencialidades de la empresa. Se trata de una actuación de la empresa de un marcado cariz ofensivo, propia de una dirección emprendedora y creativa que busca la optimización de sus tecnologías. Una herramienta importante utilizada en esta fase es el modelo del bonsai tecnológico (o racimos tecnológicos), desarrollado por el GEST (1986); desde una segmentación producto/mercado inicial, se pueden determinar los conocimientos comerciales y las tecnologías industriales que domina la empresa para ocupar estas posiciones. Tras esta modelización se detectan en muchas ocasiones oportunidades que obligan a redefinir la orientación de la empresa de acuerdo con un potencial tecnológico e industrial que tiene que aprovecharse.

• 2.2.2. Inversión en tecnología propia y ajena. Tiene como objetivo el enriquecimiento tecnológico, y pretende incrementar el patrimonio tecnológico de la empresa, o, al menos, mantener su valor. Para conseguirlo, las actividades de I+D se presentan como las mejores actuaciones ya que satisfacen las necesidades tecnológicas particulares de la empresa, aunque dado su elevado coste, no debe menospreciarse la adquisición de tecnología ajena. Si se opta por invertir en tecnología ajena, habrá que considerar las diversas vías de adquisición, entre las que podemos citar las licencias, los contratos de cooperación, las alianzas, las adquisiciones de empresas, etc. La tecnología que se adquiere del exterior es generalmente mucho más estandarizada que la internamente generada para poder adaptarse a las necesidades generales de los potenciales consumidores; por lo tanto, hay que sumar un coste de adaptación al precio directo de la tecnología importada (Beneito, 2002). Por su parte, los acuerdos de cooperación desempeñan un importante papel como medio de propagar, compartir y generar conocimientos entre las empresas, reforzando sus procesos de aprendizaje, a la vez que permite consolidar y desarrollar competencias tecnológicas (Benavides y Quintana, 2003:105). Con respecto a la decisión entre la inversión en tecnología propia, desarrollada intramuros mediante actividades de I+D, o la adquisición externa, Nieto (1995:361-362) indica la conveniencia de considerar el máximo de factores posibles y agrupa estos agentes en seis dimensiones, a saber: actitud innovadora de la empresa, grado de autonomía estratégica proporcionado por la tecnología, grado de dominio que se desea obtener sobre la tecnología, grado de familiaridad de la tecnología, potencial de desarrollo de la tecnología y plazo de desarrollo de la tecnología. Cuando estas seis dimensiones para una determinada tecnología se dan en un grado máximo, la tendencia es a desarrollarla internamente mediante actividades de I+D.

• 2.2.3. Medios de protección de la tecnología. Con esta actividad se busca salvaguardar los desarrollos tecnológicos logrados por la empresa, utilizando como herramientas los diversos mecanismos legales de regulación de la propiedad industrial, complementados con la utilización del know-how y de otros medios aplicables a la protección del desarrollo de tecnologías e innovaciones. Esta actividad se culmina con una correcta organización del almacenamiento, transmisión y reparto de los conocimientos tecnológicos de la empresa.

• 2.2.4. Inversión en tecnología ajena. Es una opción distinta a la anterior, ya que en este caso se realiza una adquisición que no se orienta al enriquecimiento tecnológico de la empresa, pues no tiene como objetivo el incremento del patrimonio tecnológico, si no que persigue la utilización inmediata de una tecnología que es cedida bajo licencia. Este tipo de inversión conlleva una fuerte dependencia de royalties, por lo que su empleo como alternativa para la configuración de la cartera tecnológica de la empresa debe limitarse al máximo.

3ª FORMULACIÓN DE LA ESTRATEGIA TECNOLÓGICA.

Consiste en la elaboración de un plan que permita desarrollar las estrategias diseñadas en la fase anterior, plan que exige el que se lleven a cabo las acciones siguientes:

3.1. Elección del momento para introducir la nueva tecnología. Esta elección depende de la actitud de la empresa con respecto a la innovación. Es una decisión asociada a la formulación de las estrategias de innovación, y decididas éstas, hay que analizar sus relaciones con las estrategias tecnológicas y obrar en consecuencia.

3.2. Elección de la vía de acceso a la nueva tecnología. Determinar el modo en que la empresa obtendrá la tecnología necesaria plantea una amplia problemática. Podemos utilizar para decidir al respecto, entre otras herramientas, la matriz de inversión en tecnología (véase Nieto, 1995:363; Benavides, 1998:339).

4ª IMPLANTACIÓN DE LA ESTRATEGIA TECNOLÓGICA.

Una vez definidas con precisión y sin ambigüedades las estrategias tecnológicas, se requiere implantarlas y ponerlas en funcionamiento, lo cual exige tres actividades básicas:

4.1. Asignación de recursos a las actividades tecnológicas. Es necesario elaborar un presupuesto mediante el cual se asignen los fondos necesarios para la ejecución de cada proyecto. Su confección es una tarea ardua y difícil, y para su elaboración puede recurrirse a diversos procedimientos (Benavides, 1994).

4.2. Estructura organizativa. La implantación y desarrollo de la estrategia tecnológica precisa de las modificaciones necesarias en la estructura organizativa tendentes a facilitar la comunicación, a permitir el desarrollo de interfaces entre las áreas de I+D, marketing, producción, etc., a favorecer el trabajo en equipo (Quintana, 1999) y la aplicación de técnicas como la ingeniería del valor, la ingeniería concurrente o el despliegue de la función calidad (Benavides, 1994).

4.3. Gestión de proyectos de I+D. La implantación de las estrategias tecnológicas supone la ejecución por parte de la empresa de actividades de I+D que se llevan a cabo mediante la ejecución de proyectos. Estos se configuran como un conjunto de actividades no repetitivas, efectuadas por técnicos y especialistas de diferentes áreas y grupos de trabajo, que deben realizarse dentro de unos costos y plazos fijados hasta conseguir unas especificaciones, prestaciones o resultados predeterminados. El tratamiento de los proyectos de I+D y su gestión es complejo y exige, por una parte, la clasificación de los proyectos, su posterior evaluación y selección, así como el seguimiento de la ejecución de los mismos para lo que se requiere la aplicación de técnicas ad hoc que permitan una optimización de la cartera de I+D de la empresa (Benavides, 1994).

5ª CONTROL ESTRATÉGICO.

El proceso de dirección estratégica de la tecnología se cierra con el control estratégico, mediante el cual se diseñan y aplican los mecanismos necesarios para asegurar su éxito. Se pretende garantizar el adecuado feedback que permita corregir disfuncionalidades y problemas en la implantación y posterior desarrollo de las estrategias tecnológicas.

Estas fases del proceso de dirección estratégica de la tecnología son interdependientes e interactúan entre sí, debido a lo cual, la secuencia descrita no debe considerarse como una serie de etapas rígidas a desarrollar, sino que pueden combinarse entre sí, siendo posible alterar su orden. Además, las "herramientas" aplicables en cada fase pueden ser útiles a más de una de ellas, e incluso es frecuente combinarlas entre sí o bien complementarlas con otros análisis.

ETAPA DE LA GESTIÓN TECNOLÓGICA

Ivancevich, Lorenzi, Skinner y Crosby (2004) opinan que un sistema de gestión tecnológica dirige su estrategia hacia los objetivos de la empresa y hacia los medios para la consecución de sus objetivos tecnológicos y organizacionales, define como puede y debe una organización invertir con la mayor eficacia posible sus recursos tecnológicos para lograr una ventaja competitiva. A continuación se enumeran cuatro etapas para la estrategia tecnológica, aspectos que se consideran de forma minuciosa en la propuesta:

• Evaluación de la situación en que se encuentra la tecnología, donde se hace una exploración de los entornos externos e internos.
• Desarrollo de la “cartera” de tecnología, determinada por su importancia y posición relativa en la inversión de la organización.
• Integración de la tecnología en las estrategias globales de la empresa.
• Fijar las prioridades en la inversión de la tecnología.


ALCANCE DE LA GESTIÓN TECNOLÓGICA

Se concibe como una disciplina científica configurada en los últimos treinta años, con un objeto de estudio más o menos delimitado y con unas estrategias y métodos investigativos aproximadamente homogéneos que le dan una identidad propia. Como la tecnología es irreducible en la ingeniería, muchas profesiones definen campos tecnológicos claros que también deben ser considerados por la gestión tecnológica, de allí que esta vaya más allá de la gestión de ingeniería.

ACTIVIDADES DE LA GESTIÓN TECNOLÓGICA

De acuerdo a lo descrito en CINDA (s.f), se enuncian las siguientes:
• Monitoreo, análisis y prospectiva tecnológica.
• Planificación del desarrollo tecnológico.
• Diseño de estrategias de desarrollo tecnológico.
• Identificación, evaluación y selección de tecnologías.
• Adaptación e innovación tecnológica.
• Negociación, adquisición y contratación de tecnologías.
• Comercialización de tecnologías de la empresa.
• Patentes.
• Financiamiento del desarrollo tecnológico.
• Selección y capacitación de asesores y operadores tecnológicos.
• Gestión de proyectos de investigación y desarrollo.
• Suministro y evaluación de información técnica.


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2 comentarios:

JESUS CASTILLO dijo...

hola

edwygabriele dijo...

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